Agua potable: Este 2025 se espera que empiece a operar proyecto Pesillo – Imbabura

Imbabura

Pesillo – Imbabura, uno de los proyectos de agua potable más ambiciosos del norte de Ecuador, tiene que empezar a operar este 2025, pues las obras físicas están prácticamente terminadas.

La infraestructura, que incluye 160 kilómetros de tubería, planta de tratamiento y tanques reservorios, entre otros, comenzó a edificarse desde 2017, con un plazo de dos años, pero han pasado alrededor de ocho y el proyecto aún no abastece de agua.

Alrededor de 165 comunidades de cinco cantones de Imbabura y Pichincha, en su mayoría rurales, de Ibarra, Antonio Ante, Otavalo, Cayambe y Pedro Moncayo, han esperado que este proyecto empiece a operar para contar con agua potable.

Vicente González, gerente del proyecto Pesillo – Imbabura, expuso que en abril de 2025 deben concluir las pruebas técnicas de la infraestructura, para el siguiente mes recibir oficialmente la obra por parte del contratista.

“Esperamos como fecha tentativa que en abril estén funcionando correctamente las conexiones, porque en mayo está previsto recibir ya la obra y que pase a ser administrada por la Mancomunidad Pesillo – Imbabura”, aseguró, en un recorrido de verificación de obras, en enero de 2025.
Temas administrativos pendientes
González mencionó que entre las cosas pendientes para que Pesillo – Imbabura entre en funcionamiento, están las obras complementarias que deben ejecutar los municipios y las comunidades beneficiarias, como interconexiones o tanques reservorios, así como la parte administrativa del organismo mancomunado, que va a manejar los casi 700 litros de agua por segundo que contempla.

“Estamos en proceso de aprobación de la ordenanza. Después, que ojalá sea el próximo mes, hay que conformar la empresa pública mancomunada, para lo que se requiere igualmente los recursos. Una vez hecho eso tiene que entregarse el agua. El agua tiene que entregarse en primera instancia en las interconexiones que tenemos hechas y progresivamente en las otras interconexiones”, dijo.

Las interconexiones principales están en Otavalo, Ibarra, Pedro Moncayo y Antonio Ante, donde las empresas de agua potable ejecutan las obras complementarias.

“Estamos, en este momento, haciendo el programa de capacitación para el personal técnico que va a operar el sistema. Esta es una fase importante para que el proyecto pueda ser entregado a la mancomunidad”, agregó.

Por su parte, Manuel Oyagata, del Gobierno Parroquial de Eugenio Espejo, en Otavalo, recordó que desde hace más de 30 años escuchó hablar por primera vez del proyecto Pesillo – Imbabura, como una solución al abastecimiento de agua potable para sus comunidades, donde consumen agua entubada, solicitando tener mayor participación por parte de los dirigentes locales en las decisiones que se tomen en torno al proyecto. (FV)

Décadas de espera
El proyecto Pesillo – Imbabura es impulsado desde hace 30 años, a través de una lucha social de las comunidades involucradas, para alcanzar el financiamiento y la ejecución.

El primer contrato para levantar el proyecto se firmó en enero de 2017, con un tiempo estimado de 24 meses, pero hasta enero de 2025 no ha podido funcionar.

“Empezamos en el 2017 y hasta el 2019 avanzamos el 50%. Del 2019 a 2023 avanzan 10%”, expuso, en su momento, Álvaro Castillo, alcalde de Ibarra y presidente de la Mancomunidad Pesillo – Imbabura, que la conforman todos los cantones que se beneficiarán de esta obra.

Mencionó que uno de los principales problemas que causó retrasos en la construcción, tuvo que ver con las expropiaciones de terrenos por donde debe pasar la tubería. En ciertos sectores, sobre todo rurales, se encontraban con que los comuneros no tenían escrituras, por lo que primero fue necesario legalizar esos predios para luego tramitar la expropiación.

“900 trámites hemos hecho en ocho meses, de legalización y de servidumbres de paso, porque si usted va a pasar la tubería por el terreno que está con maíz, debe valorar y pagar lo justo. Entonces, eso es lo que nosotros hemos acelerado y eso le ha permitido a la empresa constructora ir haciendo todo lo que faltaba”, dijo Castillo en febrero de 2024.

Una vez terminada la obra central, recordó que el siguiente paso es interconectar toda la tubería principal con los tanques de reserva y plantas de tratamiento de comunidades y ciudades, que tiene otro costo, el cual es asumido por cada municipio. Lahora.com.ec

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