En Ecuador se viven momentos críticos por los apagones de luz y el estiaje. Según los registros del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), el promedio de lluvias en Azuay, donde funcionan las plantas de Hidropaute y Mazar, es de 123,3 litros por metro cuadrado, pero en la actualidad se encuentra en 62,9, lo cual responde a un 51%.
Eso implica que se necesitarán entre 15 y 20 días de fuertes precipitaciones para que las centrales recuperen su nivel y vuelvan a funcionar con normalidad, indicó a Ecuavisa.com Elesban Jaramillo, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Loja. Con base en la información recibida de los agremiados a los colegios de ingenieros eléctricos que trabajan en Hidropaute y Mazar, el dirigente expresó que esas plantas llegaron al límite de sedimentación y Mazar no tiene agua.
En ese sentido, el problema radica en que grandes cantidades de lodo, tierra, palos, piedras y sedimentos pueden entrar en los equipos y demás dispositivos, y podrían causar daños muy graves. “Ellos ya nos advertían, hace dos o tres semanas, que los apagones ya tenían que comenzar para no dejar que el embalse llegue al límite por debajo del mínimo”. Dijo que le recomendaron a la exministra de Energía, Andrea Arrobo Peña, que tome medidas, pero no les hizo caso.
A su juicio, el presidente Daniel Noboa Azín también tiene responsabilidad de la crisis energética por nombrar a una persona incapaz y ella por aceptar un cargo sin tener preparación o experiencia. “Cuando una persona no conoce la cadena de generación, no se toman medidas preventivas. La ministra no hizo caso a nuestros técnicos”.
Se quejó que, por evitar las críticas en Quito o Guayaquil, el Gobierno aumentó el tiempo de los apagones en otras ciudades más pequeñas. De hecho, según los reportes de redes sociales, hay localidades en donde los racionamiento han llegado a durar 10 horas. Por ejemplo, ciudadanos de Naranjal, en Guayas, salieron a las calles el martes 16 de abril para protestar.
Denunciaron que ese día, la suspensión del servicio eléctrico se ha prolongado por más de 20 horas. “Al presidente no le hicieron sabotaje”.
El estiaje y sus repercusiones
La falta de lluvias ha provocado que el nivel de embalse del proyecto Mazar haya caído a 2 108 metros, por debajo del mínimo de operación segura, fijado en 2 115.
Lo mismo pasa en Amaluza, embalse de la Central Paute Molino. Su cota es de 1 974 metros en la actualidad, uno por debajo de lo mínimo. Estas dependen de los afluentes y del río Paute, en donde se encuentra el complejo hidroeléctrico más grande del país. Son cuatro centrales con capacidad de producir 2 000 megavatios para todo el país. A esto se suma que -según los últimos datos difundidos por el Gobierno- los embalses de Mazar y Paute, registran un nivel de almacenamiento operativo de 0% y 4%, respectivamente.
De otro lado, el caudal en la central Coca Codo Sinclair registró un déficit del 40% con respecto al promedio histórico. Los análisis del Operador Nacional de Electricidad (Cenace) señalan que la situación sobrepasa récords históricos. Advierten que el déficit energético que enfrentaría el país, a partir de abril, se ubicaría entre 22 y 27 GWh por día.
¿A qué se debe la falta de precipitaciones en la zona en donde se encuentran las plantas hidroeléctricas? Cristina Valdiviezo, analista en Pronósticos y Alertas Hidrometeorologicas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), manifestó que en los próximos días habrá una mayor presencia de lluvias.
Explicó que hubo un déficit de precipitaciones en abril comparado al mismo mes del año pasado. “Vamos a tener lluvias. Sin embargo, creemos que estas no serán suficientes para que las hidroeléctricas vuelvan a su funcionamiento normal. Se necesita de muchos días para que esto vuelva a ser como antes”.
Otra de las causas del estiaje -explica la experta- es el fenómeno de El Niño, que provoca fuertes precipitaciones muy fuertes en la región Litoral, pero débiles en la Sierra y Amazonía.
Jaramillo dijo que la situación es muy complicada porque las precipiaciones son escasas. “Recién ayer comenzó a llover un poco en Loja. Por más que vuelvan las lluvias, el problema se solucionará en una semana de recuperación, pero luego se agravará”.
A su criterio, el parque térmico debe activarse en 30 o 45 días como máximo y para eso se necesitan recursos económicos. Un paso ya fue declarar al sistema de generación de electricidad en emergencia.