No es posible encontrar salida a problemas, respuesta a necesidades, alternativas a una emergencia, si no se realiza un diagnóstico, el más exacto posible de la realidad, que explique las razones profundas del problema que se vive.
Este es un principio de vida o muerte en el caso de la salud; de éxito o fracaso, en una empresa, un emprendimiento; de aceptación o rechazo en la administración de un gobierno local o nacional, sobre todo cuando se carece de un diagnóstico real, o el que se tiene responde a intereses inmediatistas y personales.
Contar con un diagnóstico real, honesto, claro y preciso permite definir directrices, fijar la ruta para superar cualquier obstáculo, encontrar no solo la respuesta adecuada sino aquella que es compartida y aceptada..
A 12 días de cuando ibarreños e imbabureños escogerán autoridades, estas debieron presentar un plan de trabajo, hoja de ruta que seguirán en caso de ser electas. Plan nacido de un verdadero diagnóstico de la realidad local, cantonal, provincial, no la que se imaginan los candidatos, o nace en el círculo de amigos. Diagnóstico profesional, serio.
Un análisis real les hubiera gritado: “Ibarra no sabe a dónde va, no tiene un proyecto de ciudad”. “No hay trabajo”, “Los jóvenes emigran, se van”. “Yahuarcocha no es laguna, va camino de pantano”. “turismo, qué turismo?” “El tren. ¿Quién lo recupera?” “y la ciudad patrimonial?”… …
Con un diagnóstico así, los candidatos tal vez hubieran diseñado un plan que responda a esas necesidades. Cierto?.
salasjacinto@yahoo.com
Las Demandas de Ibarra
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