Las llamadas extorsivas continúan en aumento en Ecuador

Ecuador

La llamada duró 13 minutos. “¿Cómo está la familia? Por acá tiene el placer de hablar con Carlo Alexander Mujica”, decía quien detrás de la línea, con un acento colombiano atropellado, aseguraba ser uno de los principales líderes de la organización Los Chonekillers.

“Lo estoy llamando para contar que hay dos personas que te conocen y que se dirigieron a la oficina de sicariato”, proseguía la voz que mientras avanzaba la conversación su tono se volvía más violento. Francisco A. quien prefirió guardar su identidad por miedo a represalias en su contra, le preguntaba qué era lo quería, “queremos una contribución monetaria de tu parte ¿me estás escuchando?”.

Llamadas como estas son cada vez más frecuentes por parte de extorsionadores que simulan ser miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación o de otras bandas criminales como Los Choneros o Los Lobos.

Es que, según Óscar Salguero, jefe de operaciones de la Zona 8 de la Unidad Antisecuestros y Extorsión, solo en Guayaquil, las denuncias se han duplicado en lo que va del año. De hecho, sobre las llamadas realizadas por supuestos miembros de bandas criminales, Salguero dice que, “a partir de lo ocurrido en las cárceles han tomado un poco más de fuerza por su peligrosidad”.

Pero el aumento se da a escala nacional. Según información de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), desde enero hasta el 5 de mayo de 2022, se reportan 1.206 denuncias por llamadas extorsivas, 800 más que el mismo periodo en 2021.

“Existe un repunte de denuncias por esta modalidad que nosotros denominamos extorsiones virtuales”, explica Salguero, pues asegura que los delincuentes usan la información disponible en redes sociales como Facebook o Instagram para luego extorsionar a la víctima.

Pero ¿por qué hay más casos? Tras la pandemia, explica Salguero, “la ciudadanía cambió su modalidad de trabajo, al realizarlo de forma virtual, lo publicitaba en redes sociales”. Un blanco de información de la cual se aprovechan los delincuentes.
Aquello se evidencia en otro caso denunciado por una usuaria de Twitter, Mónica Faour, quien advertía que el extorsionador tenía datos de su actividades laborales, su movimiento en redes e incluso el nombre y apellido de su esposo. “Yo como había escuchado esta modalidad les dije que sabía que era una estafa y les colgué”, relató Faour en un corto hilo para alertar a otros ciudadanos.Ecuavisa.com

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