Más de 190 casos de violencia intrafamiliar se han registrado en enero de 2022. Las cifras son preocupantes, pues, en enero del año pasado se registraron 174 casos.
Los datos otorgados por el Departamento de Violencia Intrafamiliar (DEVIF) en Imbabura, evidencian que, la mayoría de las denuncias, son registradas en la Ciudad Blanca, con 123 casos, en segundo puesto, Otavalo con 61 denuncias.
Entre este pronóstico, “las mujeres y niños son los más vulnerables”, aclara el Sargento Primero, Marco Casanova, encargado provincial del DEVIF en Imbabura; ya que ellos son afectados psicológica y físicamente por amenazas, bofetadas o puñetazos e insultos, siendo este último el de mayor frecuencia con 50,30%.
Problema normalizado
“La violencia en nuestro país precede de manera sistemática, de forma permanente durante toda la vida de la persona”, analizó, Alexandra Moncada, directora de Care Ecuador.
Pero, ¿qué aspecto influye en ello?, según Moncada, argumenta que “hemos naturalizado la violencia, obedece a cómo la sociedad ha sido educada, por lo que hay que cambiar los patrones de crianza, y, sobre todo, los patrones socioculturales, ya que por ello pensamos que es normal ser violento en el hogar”.
Al respecto, Jordan Araujo, Psicólogo General, enfatiza que la normalización de este problema es por “la falta de educación y cultura, por lo que siempre van a ser las mejores herramientas para progresar como sociedad”
Accionar de agresores
““Hay muchos estudios que demuestran que las personas que sufren violencia primero son aisladas por los perpetradores”, manifestó, Moncada.
Esta acción hace que las víctima no pueda pedir auxilio.
Para Araujo, “esta exclusión conjugada con el maltrato, genera graves consecuencias como la falta de autoestima, problemas de estrés, puede traer , incluso, la muerte de la persona”.
Lastimosamente se ha evidenciado que en nuestro país, los niveles de violencia intrafamiliar se han incrementado, por lo que se producen con mayor frecuencia femicidios, infanticidios, incluso suicidios.
Virus mortal
“Desde inicios de la pandemia en el Ecuador, a ello acompañado con la cuarentena, las víctimas agredidas en el hogar no tenían la posibilidad de denunciar, según Casanova, “el encierro fue una tortura para estas personas, pues desde que se dio apogeo para salir a las calles, en ese momento y recién, se comenzó a registrar las denuncias”.
Según registros del ECU-911, en 2021 a nivel nacional, recibió un promedio de 300 llamadas diarias de mujeres que sobrevivieron a una agresión de sus parejas.
Sin embargo, no todas las víctimas tuvieron la oportunidad de llegar a denunciar. Los datos recopilados por la Fundación Aldhea evidencia que 186 mujeres murieron por femicidio en 2021, a diferencia del año 2020 donde se registraron 118 casos. ElNORTE.EC