Infectarse de COVID-19 no le garantiza que tendrá más anticuerpos. Los expertos advierten que así usted se haya vacunado puede contagiarse y contagiar a los demás.
Elizabeth fue una de las primeras personas en contagiarse de COVID-19. En ese momento no habían pruebas, menos las vacunas. Y por si fuera poco, a finales de diciembre del mismo año el virus regresó.
Pero no es la única, Estiven perdió a su abuela y su padre estuvo en cuidados intensivos, la primera vez que se contagió fue en marzo de 2020. Se vacunó, aún le falta la tercera dosis de refuerzo, pero ómicron lo sorprendió y, hace un mes, se infectó nuevamente. Cuenta que entre la primera y la segunda vez hubo una diferencia.
La vacuna disminuye el peligro de complejidad en la salud a causa del virus, pero no lo deja libre del contagio, aunque eso para muchos no esté claro.
Si bien es cierto, los casos con la nueva variante ómicron se propagan más rápido y los síntomas son más leves, después de un contagio es necesario cumplir el esquema de vacunación.
Actualmente hay amplia evidencia que muestra que las vacunas no son muy efectivas para evitar la infección de personas vacunadas o que propaguen la infección.
Lo que hacen las vacunas es proveer una protección excelente de otro tipo. Hasta ahora, las vacunas han demostrado que son muy buenas para prevenir la enfermedad severa. Esta protección es igualmente importante, si no más, porque mantienen a la mayoría de las personas infectadas lejos de los hospitales y de la muerte.
Por ejemplo, contra la variante delta, la protección de las vacunas contra la enfermedad severa y muerte por covid fue más de 90% con relativamente poco decaimiento de protección a lo largo de por lo menos cinco meses después de dos dosis.
Solo quienes han experimentado la enfermedad, pueden coincidir con Elizabeth y Estiven, pero no es necesario contagiarse para darse cuenta que el COVID-19 nos pone en riesgo a todos.