Armar un gran muñeco con materiales inflamables y prenderle fuego en la calle es una costumbre que existe en diversos países latinoamericanos para diferentes fechas importantes.
Varios países de la región como Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela realizan esta tradición en fin de año, motivo por el cual algunos llaman al muñeco como “Año Viejo” o directamente “El Viejo”.
En general, la idea es juntarse con familiares, vecinos y amigos para crear muñecos que representen acontecimientos o personajes negativos del año que se termina y luego quemarlos para ponerles fin y dejarlos atrás.
Así como esta tradición tiene múltiples variantes, también posee diferentes orígenes. Uno de los más interesantes, no obstante, es el de Ecuador, donde este evento es cada vez más un atractivo turístico.
Si bien la quema del muñeco hoy en día está vinculada a la creatividad y el sentido del humor, surgió en 1895 en la ciudad de Guayaquil en un contexto muy distinto.
“Datos históricos señalan que en aquella época, la población de Guayaquil se vio amenazada por un brote de fiebre amarilla por lo que, como medida de protección sanitaria, se recomendó confeccionar ramadas y monigotes de paja con los vestidos de los parientes que habían fallecido”, informa el Ministerio de Turismo de Ecuador en su sitio web.
“Estos eran colocados en la vía pública el último día del año y a las cero horas se quemaban”, agrega.