Son dos maquinarias y tres volquetas que están dentro de la Penitenciaría del Litoral. La primera misión es derrumbar estas instalaciones, no habilitadas, que servían como escondite de los reos y para ocultar armas que posteriormente se usaban durante las masacres.
Este sector es conocido como “corredor de la muerte”. Un edificio que está en medio de los pabellones y que es un punto estratégico.
Los uniformados también revisaron la parte posterior del reclusorio. Con la maquinaria, destruyeron toda la maleza, donde también se guardaban las armas que luego eran ingresadas a los pabellones.
Son parte de las acciones que están tomando las autoridades para acorralar a las mafias del narcotráfico. Pues desde el lunes policías y militares están sobre algunos techos y pasillos externos pero aún no ingresan a los 12 pabellones que tiene ésta cárcel.
Por ello desde afuera, nuestras cámaras evidencian cómo continúan las garitas construidas por los presos, para desde ahí atacar a los otros reos o a los agentes mismo.
Mientras tanto en el departamento de criminalística son pocos los familiares que aún permanecen en este lugar pues según las autoridades ya han sido entregados 43 de los 62 cadáveres que fueron trasladados hasta estas instalaciones.
En la morgue hay todavía 5 cadáveres que pese a estar identificados, no han sido retirados. También hay otros 14 cuerpos incinerados que ya pasaron al proceso antropológico.
Aún los familiares de los presos asesinados no han indicado si iniciaran acciones legales contra del Estado, luego de la masacre.