Si, así vamos quemando este año que no nos traerá buenos recuerdos, porque aparte de los estragos del coronavirus y de la crisis económica, soportamos a autoridades a las que nada les importa su obligación de velar por el orden, bienestar y progreso de los ciudadanos, en este caso de RADIO RITMO.
En este 2020 nuestra emisora sufrió un nuevo atropello, ahora por la prepotente ilegalidad y abuso de la comuna indígena que habita cerca de la planta transmisora de la emisora, instalación que con esfuerzo y con alta inversión económica funcionó desde hace cerca de 2 años con todos los permisos de ley, en propiedad privada, con autorización de su dueño y con el correspondiente canon mensual de arrendamiento.
En el mes de octubre los comuneros comenzaron con exigencias económicas, extorsiones y amenazas a quienes debíamos pasar por el camino público que conduce no solo a la antena y planta transmisora de RADIO RITMO, sino también a la planta de RADIO LA PREMIER y de otras antenas de servicios de internet y comunicaciones.
El pasado 6 de octubre al mediodía, la señal de RADIO RITMO salió del aire súbitamente. Al efectuar la inspección, se encontró la torre de 36 metros de altura misteriosamente tumbada al suelo. Se procedió a su reinstalación con elevado costo y esfuerzo, pero las amenazas, exigencias y acciones ilegales de los comuneros continuaron. Secuestraron el vehículo de propiedad del compañero Luis Viteri y nos comunicaron la “decisión” tomada por la comuna en la que se fija como plazo el 26 de diciembre para que salgamos del lugar.
Todos estos hechos los hemos denunciado con pruebas y documentos desde el 26 de octubre a la Gobernación, a la Fiscalía de Imbabura, a la Fiscalía de Cotacachi, a la Policía Nacional, a la coordinación del Ministerio de Gobierno en la Zona 1, pero nadie ha hecho nada para proteger nuestros derechos amparados por la constitución y la ley. Únicamente nos han dado a conocer las intrincadas “competencias” entre unas y otras entidades y las tibias declaraciones de que “ya van a proceder a dialogar con los comuneros” sin que hasta el momento logremos conocer algún resultado de los mencionados diálogos.
Ahora hemos dejado de emitir nuestra señal desde Loma Negra. Todo el aporte material y la inversión quedan en nada. Migramos desde hoy a otro lugar, con esfuerzo y nueva erogación económica, mientras la ilegalidad y el abuso siguen en la impunidad ante la actitud pasiva y temerosa de quienes tienen la obligación primera de hacer respetar la ley, lo cual ofrecieron exigir cuando se posesionaron de su cargo como funcionarios públicos.
Silvio Morán Madera
Gerente General
FM RITMO IBARRA
ENTRE LA PANDEMIA Y LA INDEFENSION
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